A lo tonto
Lo bueno (entre muchas otras cosas) de estar en Buenos Aires es que puedes ver películas que no se ven en otros sitios. Por ejemplo, El árbol.
Lo malo es que, siendo un filme tan alternativo, lo proyecten a la hora de la siesta. Y que servidor sufra un ataque de temeridad injustificada que le lleve a pronunciar las palabras fatídicas:
El primero que se duerma paga la cena.
Dos observaciones:
1. Los asientos del cine eran muy incómodos.
2. Palermo no es el barrio más barato para cenar (ni siquiera en un antro tan aparentemente "pobre" que sólo está iluminado con unas pocas velas).
Etiquetas: argentina, buenos aires
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