Wiphala

Este post toma su título de la bandera de siete colores de los incas, omnipresente en Bolivia.

Wiphala II es un bar de La Paz que también toma su nombre de dicha bandera. Un bar al que llegamos tras verlo anunciado en uno de los múltiples flyers que pueblan las agencias de viajes.



10 pm. Primera jarra de pisco sour. A diferencia de los que más tarde probaremos en Perú (los originales, dicen), es muy suave y entra muy bien (rectifico: los de Perú, aunque menos suaves, también entran muy bien). Y no será el último, ni el antepenúltimo

Poco después. Empieza la actuación. Entre 2 Aguas, además de un clásico de Lucía, es el nombre de un dúo paceño. Melo y Mau. Son muy buenos. Hacen cueca, que es algo de aquí, aunque meten otras cosas en el cóctel (amigo, otro pisco sour), como la rumba dub style de Ojos de Brujo.



Poco después. Descubrimos que somos los únicos no músicos de la sala. Por el escenario van desfilando artistas invitados. De tango argentino a trova cubana (no estoy seguro: el pisco sour es lo que tiene). Y algún tema brasileño (Chico Buarque, creo recordar, pero ya sabéis: el pisco, etcétera), en nuestro honor (ich bin ein brasileiro, também). De vez en cuando, los artistas invitados invitan a Entre 2 Aguas.

Poco después. Nos regalan un CD del dúo protagonista (protagonista según el cartel, porque a estas alturas de la película ya nos hemos dado cuenta de que se trata de un filme coral). Un CD a cada uno, quiero decir. Es muy bueno. Lo sé, aunque todavía no he podido escucharlo.

5 am (ó 6, no recuerdo: el piiiijco ssssssssaaaaúde). Como en la canción de Sabina, las horas se han ido sucediendo, pero nosotros no estamos en un pueblo con mar. Seguimos en Wiphala II, a tres mil y pico metros sobre el nivel del mar. La actuación ya hace rato que ha terminado. Los no músicos hemos sido invitados a la fiesta de los músicos, en el báquesteich. Entonces te das cuenta de que el soroche (el mal de altura) no evita que La Paz sea la ciudad más amable (proclive a ser amada) del mundo. De que a buenas horas decidimos quedarnos sólo unos días. De que a buenas horas se nos ocurrió contratar un tour a Tiwanaku para el día siguiente. Bueno, para el día siguiente no: para este mismo día, dentro de dos horas. A buenas horas.